El cerebro con dislexia
Para que el procesamiento del lenguaje se pueda desarrollar correctamente, deben intervenir distintas regiones encefálicas, especialmente la corteza cerebral. Es en el hemisferio izquierdo en el que tiene lugar la mayoría del procesamiento lingüístico aunque estas tareas se complementan con una serie de funciones que acontecen en el hemisferio derecho.
La corteza cerebral se organiza en cuatro regiones: frontal, parietal, temporal y occipital, y son las áreas en las que tienen lugar la mayoría de procesos que permiten el desarrollo lingüístico.
| REGIÓN CORTICAL | ÁREA ESPECÍFICA | FUNCIÓN |
|---|---|---|
| Lóbulo frontal | Área prefrontal | Inicio de la motivación del lenguaje. |
| Área de Broca | Programación motora del habla y de la escritura. | |
| Corteza motora primaria | Inicio de los movimientos bucofonatorios para hablar y manuales para escribir. | |
| Lóbulo parietal | Circunvolución supramarginalycircunvolución angular | Integración de la información sensorial para la comprensión del lenguaje.Coordinación de la información sensorial para producir letras y palabras.Transformación de estímulos visuales (letras) en información auditiva (sonidos). |
| Lóbulo temporal | Área de HeschlY Área de Wernicke | Registro de las propiedades físicas de los sonidos del habla.Comprensión fonológica y semántica del lenguaje. |
| Lóbulo occipital | Identificación visual de las palabras asignándoles significados. | |
Igualmente, son varias las regiones extracorticales implicadas en el procesamiento del lenguaje. El fascículo arqueado conecta el área de Wernicke con el área de Broca, lo que relaciona el lenguaje expresivo con el comprensivo. Los ganglios basales regulan la fluidez del lenguaje oral y coordinan los movimientos motores implicados en la escritura y en el habla. De manera similar, el cerebelo es el responsable de la fluidez en las secuencias motoras del lenguaje oral y escrito y de la ejecución de los movimientos motores involucrados en la articulación fonética.
Finalmente, es en el tálamo donde se genera una red asociativa que relaciona las áreas responsables del lenguaje expresivo y del comprensivo, y coordina las zonas corticales del habla integrando la información acústica y visual. Además, en los núcleos geniculados, ubicados en la parte posterior del tálamo, se inicia el procesamiento de los sonidos lingüísticos.
A pesar de que el procesamiento y la producción del lenguaje requiere de la colaboración de todas estas estructuras, las dos más relevantes son el Área de Wernicke y el Área de Broca. La primera, se ubica normalmente en el hemisferio izquierdo y asume las funciones relacionadas con la fonología y la semántica del lenguaje expresivo. También se encarga de la codificación fonológica, visoauditiva y semántica para la comprensión del lenguaje. Por su parte, el Área de Broca, situado habitualmente en el hemisferio derecho, regula los aspectos prosódicos del lenguaje oral (acento, entonación, volumen, etc.).
La afectación cerebral de las personas con dislexia influye especialmente a las áreas ubicadas en el hemisferio izquierdo, ya que es el lugar en el que tienen lugar la mayoría de las tareas lingüísticas. De manera concreta, en el lóbulo cortical parietal -y en concreto en la circunvolución angular- se identifica una conectividad con otras áreas inferior en las personas con dislexia, lo que limita la integración de las letras y los sonidos para la comprensión y la expresión del lenguaje.
En la misma línea, la actividad neurológica en el Área de Broca es inferior especialmente en las tareas de lectura, lo que implica que la persona con dislexia realiza un esfuerzo notablemente mayor al segmentar los sonidos durante la lectura.
Como se ha indicado anteriormente, el fascículo arqueado es la estructura que conecta el Área de Wernicke con la de Broca. En el caso de las personas con dislexia, la red nerviosa que realiza esta función está menos desarrollada o tiende a presentar anomalías, lo que genera un fallo en la comunicación entre las dos estructuras principales involucradas en el lenguaje lo cual se traduce en dificultades severas en el procesamiento fonológico.