¿QUÉ ES LA PSICOPEDAGOGÍA?

Los primeros discursos psicopedagógicos tienen lugar en la segunda mitad del siglo XIX como resultado de dos acontecimientos que culminaron con la consideración de la psicología como una disciplina científica. Por un lado, la generalización de las corrientes biologicistas y, por el otro, la popularización del método positivista comtiano. La unión de estas dos corrientes alteró el estudio de las ciencias naturales, sociales y humanísticas. En este contexto, los médicos fisiólogos comienzan a establecer una nueva psicología en la que se utilizan nuevas técnicas experimentales y psicométricas revalidando la concepción de la psicología como ciencia.

De manera simultánea, se comienza a dar más relevancia social al estudio y el cuidado de las nuevas generaciones. Esta preocupación por la infancia llevó a la consolidación de una ciencia centrada en esta etapa del desarrollo: la paidología. La nueva psicología se interesó por esta nueva ciencia identificando en la infancia grandes posibilidades de experimentación y de validación científica de los últimos descubrimientos.

En el ámbito educativo ocurrió algo similar. El alummnado que asistía a las escuelas era cada vez más variado de tal forma que los maestros comenzaron a preocuparse por conocer estas nuevas tipologías de estudiantado. Esta diversidad en las aulas surgía como consecuencia de la generalización de la educación y se tradujo en la presencia de menores con discapacidad física, intelectual y sensorial en las aulas. De esta forma, los médicos-psicólogos comenzaron a tener presencia en estos espacios aportando nuevas técnicas para diagnosticar y responder a las necesidades de este tipo de alumnado.

Por todo esto, los discursos entre “normalidad” y “anormalidad” y los debates públicos en torno a la integración del alumnado “anormal” en las aulas generales se fueron popoularizando dando paso a los primeros discursos psicopedagógicos. Paulatinamente, se fueron popularizando hasta que a principios del siglo XX aparece en Francia por primera vez el término de psicopedagogía haciendo alusión a la que hasta entonces había sido denominada Ciencia de la Educación. Durante la mitad de dicho siglo fue extendiéndose el concepto en el resto de Europa. Esto repercutió en los movimientos de renovación pedagógica, en la reeducación del alumnado, en la educación especial de “deficientes” y en la orientación profesional estableciendo la figura del psicopedagogo como un profesional que media entre el profesorado y el médico-psicólogo para atender al alumnado “deficiente”.

En España, el Museo Pedagógico Nacional en 1923 organizó un curso de Técnica Psicopedagógica para estudiantes y profesionales de magisterio. En este curso de cuatro meses de duración, estudiaban “educación de anormales, psicotecnia y organización de laboratorios psicopedagógicos, psicopatologías de los escolares, aspectos morales de la psicopedagogía, etc.” (Moreu y Bisquerra, 2014). Cinco años más tarde, en 1928, se establece en Madrid el primer Centro Permanente de Estudios Psicopedagógicos consolidando la profesión. Sin embargo, los movimientos sociales y políticos que tuvieron lugar en España a mediados del siglo XX, detuvieron la expansión de la especialidad siendo recuperada y definitivamente establecida en la década de los 80 como Psicopedagogía.

La psicopedagogía

La psicopedagogía estudia los procesos de aprendizaje del individuo reuniendo conocimientos de la psicología, la pedagogía y la neurociencia con el propósito de mejorar la experiencia de enseñanza-aprendizaje. Por ello, se trata de una disciplina que se centra en el estudio del proceso de aprendizaje de la persona y su interacción con el contexto tratando de identificar alteraciones en estos proceso. La práctica psicopedagógica, además, no sólo pretende la detección de dificultades del aprendizaje y del neurodesarrollo, sino que estudia constantemente los procesos cognitivos para prevenir, detectar y evaluar las alteraciones, cuando las haya.

Para estudiar el proceso de aprendizaje de cada persona, se identifican patrones que permitan realizar un diagnóstico de las habilidades específicas y de las áreas de desarrollo para, posteriormente, diseñar un Plan de Intervención Individualizado (PII) que responda a las necesidades detectadas. Por todo esto, se pueden concretar como labores de la psicopedagogía:

  • Realizar una detección temprana de las alteraciones del neurodesarrollo.
  • Diseñar Planes de Intervención para responder a las necesidades detectadas
  • Atender a las alteraciones en el desarrollo y en el aprendizaje en cualquier entorno.
  • Fomentar la inclusión de las personas con dificultades de aprendizaje y/o del desarrollo.
  • Desarrollar métodos y herramientas que faciliten la relación entre docentes, familiares y el propio individuo.
  • Asesorar a los centros educativos para mejorar la inclusión y la atención a la diversidad.
  • Ofrecer planes de orientación profesional.
  • Tomar medidas para prevenir alteraciones en el desarrollo en un contexto específico.

Ámbitos de actuación en psicopedagogía

A pesar de que la psicopedagogía surgió para responder a una necesidad emergente en el ámbito de la educación formal, su enfoque centrado en el desarrollo y el aprendizaje y la concepción de éstos como aspectos inherentes a los seres humanos, se amplían los ámbitos de actuación psicopedagógica. Por ello, no sólo se centra en la atención a la infancia, sino que también cumple sus funciones con personas jóvenes, adultas y ancianas en entornos de educación formal y no formal.

Si bien la educación formal y el desarrollo integral continúa siendo una de las principales áreas en las que el psicopedagogo realiza sus funciones, se consideran también ámbitos de trabajo las relaciones familiares e interpersonales, la salud y el cuidado del cuerpo, la orientación y el desarrollo profesional, y el sentido de la vida y los valores (Castillo y Núñez, 2023). Integrados en estos cinco ámbitos de actuación se determinan cuatro competencias que se ponen en práctica al abordar la labor de la psicopedagogía: la atención a situaciones o condiciones específicas, la prevención, la intervención psicopedagógica y la acción social.

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¿Psicología, pedagogía o psicopedagogía?

La psicopedagogía aparece para dar respuesta a la diversidad del alumnado en los colegios tras la universalización de la educación. Para ello, se sirve de los conocimientos procedentes de la psicología, de la pedagogía y de la neurociencia para identificar alteraciones en los procesos de aprendizaje del individuo en sus distintos contextos, así como para diseñar planes de intervención y prevención, y para asesorar a familiar y otros profesionales.

La psicología aporta el estudio integral de la persona para predecir, comprender y modificar su conducta. Es decir, la psicología se centra en el estudio de los procesos cognitivos, emocionales y conductuales que influyen en el bienestar de las personas.

Por su parte, la pedagogía se centra en el estudio del proceso de aprendizaje para establecer el entorno más favorecedor. Se trata de un enfoque más amplio en el que se pretende crear un ambiente positivo para el aprendizaje asesorando a otros profesionales sobre la metodología educativa, los planes educativos, la relación entre distintos agentes educativos y la evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje.

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A grandes rasgos, se puede concluir que la labor pedagógica tiene un enfoque más general orientado al Sistema Educativo para mejorarlo teniendo en cuenta la diversidad de las personas. La psicología estudia a los individuos de forma integral para entender y predecir su conducta pretendiendo el bienestar individual. De la fusión de ambas disciplinas, la psicopedagogía lleva a cabo un estudio integral del individuo atendiendo más específicamente a sus procesos de aprendizaje para adaptarlo a sus necesidades individuales.

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